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Mostrando entradas de enero, 2020

ENTREVISTA A Christo Herrera Inapanta

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¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura narrativa? Comencé a escribir desde los trece años ensayando una lírica juvenil bastante lagrimosa que entre otras cosas me enseñó el arte de la soledad en la escritura.   ¿Para ponerte a escribir cual momento del día es ideal? Esencialmente el momento en que estece solo en casa, sin distracciones. La verdad no importa si es día, tarde o noche. El momento oportuno es aquel en el que todo está en silencio.    ¿Cómo está ambientado tu lugar de trabajo y en dónde lo haces? Escribo en el rincón que uso como cuarto de estudio. Es un pequeño cubil rodeado de libreros y libros. Uso dos lámparas, una que ilumina todo mi rincón de lectura y escritura y otro que brilla sobre el teclado y el monitor directamente. ¿Cuál es tu libro más vendido? Invocaciones es un libro que hicimos con mi colectivo literario. TintaSombra; no obstante, mi libro más leído es El Odio y la Muerte que se encuentra en la plataforma Litnet.com  ¿C

HOMBRE DE FAMILIA/Christo Herrera Inapanta

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(Los escritores de origen ecuatoriano fueron los primeros en colaborar en el blog, ahora publican su primer libro) El libro invocaciones, primer libro colectivo del grupo de literatura ecuatoriano  TintaSombra , relata cuentos de terror ambientados en Quito. Consta de dos partes, entre los cuales se entretejen situaciones paranormales y fantasmagóricas que pueden desasosegar al lector si lo encuentran. Sus escritores son: Christo Herrera Inapanta. Amaru Castela. Daniel Garzón. Mauricio Jiménez Mauro Ludeña. Andrés Ulianov. 365 MUERTES ENTRE VERANO E INVIERNO No le pegues más, no ves que es la mamá de tus guaguas, pensó Marco, alzando el puño, una vez y otra, y otra sobre el rostro de su mujer. ¿Y qué quieres que haga?, no ves que es una floja y vaga, se respondió, a sí mismo, alzando nuevamente su mano, ya no eran puñetes, parecía que la primera reprimenda que se hizo surtió efecto, los golpes los cambió por una cach

NOCHE DE ALGODONES BLANCOS/Carlos Rosique

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NOCHE DE ALGODONES BLANCOS Noche de sábanas y hospitales blancos, el sodio, la muerte y el potasio se juntaron, entre los árboles y los tábanos, sopa de fideos, pollo y calcetines largos, ocho camas y ocho sillas, dispuestas a modo de artillería, el gotero, el móvil, la bufanda y el abrigo, mirando a ras de suelo, himno de gusanos, generales y afovec multiespectrales, suicidio, voces, aullidos y gatos negros, pájaro sin tímpanos que vuelas alto, trasnochada de aros dorados y tampones recios, espanto, miedo y sollozos, los neurolépticos, las benzodiacepinas y los hipnóticos {me h icicçeron efecto] y yo arrastrando mi cuerpo como un concejal corrupto, como decía ella: prefiero morirme. CARLOS ROSIQUE MADRID

SI YO SUPIERA ESCRIBIR/Slictik

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No necesitaría de palabras, éstas brotarían como pájaros de mi corazón y volarían al encuentro de otros corazones. Allí anidarían como golondrinas que llegan en primavera y nunca más se van. Enviaría una paloma a los poderosos del mundo y ellos sabrían que quiero la Paz Enviaría un halcón a los que hacen las guerras porque no tienen corazón, y ellos sabrían que el halcón nunca dejaría de picotearles las entrañas mientras no bajen sus armas y las transformen en palabras-pájaro.  Enviaría un dulce ruiseñor, de plumaje multicolor, a mi amada, para que no dejara de trinar desde su ventana y por las noches se acercaría a su almohada y picotearía sus labios entreabiertos. Enviaría águilas de alas imponentes allí donde hubiera una víctima, un ser humano con el corazón quebrado, para que pudiera remontarse en el cielo y ascender hacia la dimensión del espíritu. Y enviaría murciélagos en la noche para destejer lo que los malvados tejen cada día.Y mi corazón sería un nido ac

LA ULTIMA CARTA DE MARILYN, Lola O. Rubio

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Estoy cansada, muy cansada. Mi vida es como un baile de emociones. Toda mi existencia he deseado ser amada, primero mis padres de acogida, por mi primer marido, o el amante de turno. Me encontraron deambulando por las calles de Los Ángeles, sin rumbo, perdida. Debo mucho a ese cazatalentos, que me convirtió de "Norma" a "Marylin". Me realizaron una rinoplastia, me colocaron corrector en los dientes y mi cabello, castaño lo cambiaron rubio platino.  Siempre me daban pequeños papeles, parecía una rubia boba, en mi llevaba el estigma de mi madre, enferma mental. Me daba un pánico horroroso que uno de mis hijos tuviera alguna patología. El destino fue cruel conmigo, tenía un aborto tras otro y  mis entradas y salidas del hospital eran continuas. Fue entonces cuando conocí a mi psicoanalista que me recetaba nembutal para traquilizarme. Pocos saben que sufría tartamudez, y me quedaba sin palabra. Así empecé a tomar alcohol. Llevaba un termo a los rodajes,

EL CIELO DE LOS PERROS/Mirna Gennaro

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https://isladelosvientos.wordpress.com/ El cielo de los perros Un cielo estrellado, color caramelo, con nubes redondas, con ramas y huesos, es el cielo grande con pasto y ciruelo donde trota y anda tranquilo, mi perro. Se fue de mañana dormido y sereno. A mis pies soñaba su último sueño. Nube regordeta los ojos muy negros su cola tic tac se paró en silencio. ¿Quién será el que ladre, ahora, al portero? ¿Quién será el que note que vino el cartero? Para sus amigos colie y ovejero faltará el barítono voz de flautero. La foto en la sala guarda su recuerdo. La manta de lana atesora un agujero. En mi pecho vive su ladrido bueno. ¡Qué gusto que fuera al cielo de perros! Allí se pasea corriendo un gran hueso. ¿En dónde lo entierra? En su cielo de perros. MIRNA GENNARO Argentina            "EL JUEGO ENTROPIA Y OTROS CUENTOS" Mirna Gennaro

MUÑEQUITA LINDA, Marta Navarro

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https://cuentosvagabundos.blogspot.com/ Muñequita linda Érase una vez una manzana envenenada. Érase una vez una princesa solitaria. Érase una vez un conjuro aterrador. La misma pesadilla que noche tras noche torturaba sus sueños la despertó de golpe. Se incorporó abruptamente sobre la cama, presa del pánico, desorientada y empapada en sudor. Un torbellino de emociones sacudía su mente. Temblaba, apenas podía respirar y una expresión extraña  hería su rostro. Algo en su interior trataba de aflorar a la superficie y no lo lograba. Una niña perdida entre la multitud, una niña abandonada y sola que gritaba su nombre, una niña de nadie mendigando amor. El estrépito urgente de una sirena rasgó con su mal presagio la madrugada, desvaneció poco a poco el ensueño y trajo a Norma de regreso a la realidad. Aún no amanecía. Se levantó nerviosa, dio unos pasos por la habitación y al descubrir su reflejo en el espejo se detuvo frente a él. Contempló con horror (quizá compasión)