TERTULIA DE ESCRITORES

Una de las Aventuras de Analim Cuento Infantil -Ahí, me duele un poquito- exclamó Analim señalando a su amigo algo en su espalda. -¡Caramba, carambita! -replicó Merael- permití que vea dónde te duele -y dio vuelta rápidamente hasta situarse detrás de Analim. Luego observó detenidamente el lugar que le señalaba con un dedo, y palpó con suavidad toda el área, para ubicar exactamente el sitio. -¿Es aquí?- preguntó. -Uy, sí, le contestó de inmediato Analim.     -Tienes como una marquita roja - le explicó Merael- es parecida a una picadura de un insecto gigante, amiguito querido -No es eso exclamó Analim, compungido- resulta que Dulceamor, se equivocó y en lugar de mandar la flecha a Adrián me la clavó a mí.  -¿Pero ¿cómo hizo eso?- se sorprendió mucho Merael  -Seguramente debe ser, porque giré rápidamente en una esquina para ir a verlo- respondió apesadumbrado Analim -sabía que estaba "casi" enamorado de Dina y quise alentarlo también

CAPITULO III (Con autorización de la autora) …” Escribo sobre una servilleta. Son las cuatro menos veinticinco. El camarero ya me ha preguntado tres veces que si sigo esperando un poco más… Al final es él quien decide servirse el plato del día. Elijo patatas con chorizo y filetes de lomo con ensalada. Hoy Javier no va venir: Adiós hard woman . Lo siento, cariño; ya sabes; llegaste tarde. Y yo me voy a morir. Lo tengo merecido pero voy a morir. Adiós cariño. Adiós mi vida. Nunca te olvidaré. Pudo ser una historia de amor preciosa. Luna (Escribo sobre el mantel de papel. Ya   he terminado el primer plato. Javier no viene. Pasan transeúntes deprisa. Otros van paseando. Algunos charlan amistosamente. Una mujer mayor va hablando sola. El no viene. No aparece). Eclipse de Luna, hoy, a las 22:59 h. Boby Solo: Una lágrima sul viso. Luciano Pavarotti: Una furtiva lágrima. Dá igual. No vas a venir. Ya lo sabía de antemano. Casi no te esperaba. Aunque s

  Me inicié en la escritura gracias a mis padres. Éramos cinco hermanos y yo mantenía una afición temprana por la escritura y por la lectura. Teníamos una abuela viviendo en Vitoria a la que solo veíamos 2 meses en verano y otros 2 en invierno. El resto del tiempo era yo la encargada de contarle las nuevas noticias, los avances o retrocesos de sus nietos, sus hijos o su consuegra que vivía con nosotros, etc. Para escribir escojo las primeras horas del día cuando todavía el ambiente está tranquilo y sosegado. No suele acompañarme la música, pero si necesito un espacio cerca de una ventana fuente de luz y delante de un café bien cargado y humeante. Cuando fumaba tampoco podían faltarme mis cigarrillos y el cenicero preferido. Escribo directamente en el teclado del ordenador. Soy muy meticulosa con las faltas de ortografía, así como con las oraciones bien planteadas y estructuradas. Mi lenguaje narrativo es directo, sencillo y culto. Procuro que las frases estén bien con