EL PRECIO DE LA VERDAD/Estrella Amaranto


El plató de TV tenía los focos encendidos, la emisión se transmitiría en directo y llevaba algo de retraso, por lo que el productor ejecutivo no paraba de andar de un extremo al otro mesándose los cabellos, sin dejar de mirar al camerino del invitado. Este apareció por fin maquillado y con un traje de raya diplomática con corbata de seda violeta.
Ambos hombres se saludaron con simulada cortesía, pero nadie del equipo ni del público que asistiría al programa, podía imaginarse como iba a terminar.
Esa mañana cuando el famoso personaje se personó en la redacción de informativos lo recibieron entre aclamaciones. No hacía mucho tiempo que había tomado posesión de su cargo como presidente de una famosa organización mundial de carácter humanitario en el área de la salud. También, resultó designado, por otra gran fundación internacional, la persona más carismática del año. Era evidente que su fama estaba en la cúspide y existía una desmesurada rivalidad en los medios de comunicación por contar con su presencia. Además, iba a ser la primera entrevista que concedía desde el nombramiento.
Por otra parte, llevar a efecto semejante gestión, traslados y alojamientos, supuso un trabajo titánico para todo el equipo del programa.
No obstante, el entrevistador carecía de interés por el entrevistado.
A la derecha del plató, el invitado lucía su impecable traje bien entallado, rezumando confianza en sí mismo. Por el contrario, el entrevistador, se había dejado caer en el asiento, parecía consumirse en un gran vacío, su aspecto era desaliñado y su mirada indolente, como si le costara dirigir la vista a las cámaras.
Fue leyendo desganadamente las preguntas que iban apareciendo en el teleprónter.
La conversación transcurría sin altibajos dignos de mención y sin que el entrevistador, Julio, pusiera de su parte interés por el famoso personaje que entrevistaba. Hasta que surgió la pregunta:
—¿Es posible acabar con el hambre en el mundo?
—¡Claro que sí! Solo es cuestión de voluntad política—. El hombre parecía creerse las palabras que pronunciaba, por lo que se sentía una especie de Superman flotando en el sillón y haciéndole chiribitas los ojos.
La cámara que enfocaba al invitado se desvió unos metros para lograr un primer plano frontal. Julio, mientras tanto, buscaba al operador asignado para sus encuadres y le guiñó un ojo; después bostezó, se abanicó con los folios y trató de encontrar con su mirada las piernas de la ayudante de producción.
—La agricultura mundial de hoy en día podría dar comida sin problemas a miles de millones de personas, el doble de la humanidad —seguía exponiendo el invitado—. Por lo que los niños que mueren y los que van a morir mientras discurre esta entrevista, son responsabilidad de todos los que no hacen nada por evitarlo. Todos tienen las manos sucias.
El director de los informativos alzó la vista y, ahora, miró fijamente a los ojos del interlocutor.
—Está hablando de los líderes mundiales que se lavan las manos para acabar con este problema ¿cierto? Supongo que no señala en ningún momento a los ciudadanos.
A través del pinganillo de su oído, escuchó al productor ejecutivo advirtiéndole a la realizadora que algo se estaba yendo de las manos, por lo que el programa intuía que no iba bien y sus superiores podrían pedirle explicaciones.
—Permítame una última pregunta —agregó—. ¿Es verdad que el dinero que no emplean cada año en proyectos humanitarios lo destinan en acciones del mercado bursátil?
—¿Cuál es el problema? Dígame. El tamaño e importancia de nuestras organizaciones han de funcionar como las multinacionales. El dinero que no va destinado a los programas sociales no se puede dejar inactivo. Únicamente lo rentabilizamos.
—Me parece genial, pero respóndame ¿cómo me puede explicar que una de las empresas, cuya organización posee un gran capital, sea la principal fabricante de armamento militar a nivel mundial? Algo capaz de acabar con la vida de millones de inocentes, especialmente niños...
Julio no consiguió acabar la frase, puesto que ya el invitado se había incorporado frunciendo el ceño, arrugando los ojos y cerrando la boca.
—¿No quiere contestarme?
Las cámaras se apagaron y el director de los informativos permanecía derrumbado sobre su silla plegable con la cabeza hundida entre los hombros.
Nadie se quiso acercar a entrevistador, todos abandonaban sus puestos sin dirigirle la palabra.
—Bueno, otra gran entrevista. La he dejado bordada. ¡Tanto os cuesta reconocerlo!
Julio abandonó el plató tarareando la sintonía de cabecera del programa sin dirigirle la palabra al productor que se mantenía en la silla plegable mirando con desconsuelo a la realizadora de los informativos.
—El periodismo que defiendo consiste en mostrar la verdad, aunque ya sé que a vosotros os molesta —farfulló entre dientes dando un puñetazo en la puerta al despedirse—. Sí, lo sé, no hace falta que me expliquéis nada, ¡estoy despedido!

Estrella Amaranto

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Comentarios

  1. Estrella Amaranto se adentra en el difícil mundo de la comunicación reproduciendo una ficticia entrevista en la que se proponen temas tan complicados como la exclusión del hambre en el mundo y el comportamiento de las bolsas.

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    1. Compañera de letras, Carmen gracias por pasarte. A quién no lo sepa eres Licenciada en Ciencias de la información, así que sabes muy bien de lo que sucede en la realidad enmascarada que algunos pretenden hacer creer. Un fuerte abrazo.

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  2. Muchas gracias, querida compañera Lola por ofrecerme esta nueva oportunidad de compartir otra nueva historia con un mensaje subyacente acerca de la hipocresía de quienes se hacen llamar filántropos y en realidad actúan como correa de trasmisión propagandística de quienes sustentan el poder y perpetúan las desgracias ajenas. Con esto no quiero decir que todas las agrupaciones o movimientos en favor de la humanidad tengan idénticas características, afortunadamente hay excepciones.
    Un abrazo y gracias anticipadas a quienes se tomen la molestia de comentar.

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    1. Apreciada Estrella, describes a la perfección lo que no vemos en nuestras pantallas, hay toda una desinformación, noticias fake en internet. Un gran abrazo

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