LOS SANTOS INOCENTES/Miguel Pina (Crítico Cine)

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Mientras, Azarías arriba, mascaba salivilla y reía bobamente al cielo, a la nada, milana bonita, milana bonita, repetía mecánicamente. -Miguel Delibes, Los santos inocentes.




Brutal, seco, sorprendente y descorazonador drama rural que convulsionó la historia de la cinematografía española en el año 1984. A finales del mes de mayo de ese mismo año, saltaba la noticia en todos los medios de comunicación de España, en la que se comunicaba que Alfredo Landa y Francisco Rabal habían obtenido exequo el galardón a la mejor interpretación masculina en el Festival Internacional de Cine de Cannes. Su trabajo en Los santos inocentes interpretando a Paco el bajo y Azarías se imponía a actores de la talla de Marcello Mastroianni, Michael York o Anthony Hopkins. Cuando Paco Rabal subió a recoger su parte del premio, inmortalizó entre susurros su mítica frase por la que es recordada la película, "milana bonita, milana bonita".


El escritor español Miguel Delibes firmó en el año 1981 una de sus mejores novelas, siendo adaptada al cine, tres años después por el cineasta Mario Camus que probablemente realizó la mejor película de toda su carrera. Se habla continuamente de que las adaptaciones cinematográficas de las novelas a la gran pantalla dejan bastante que desear, pues bien, en este caso, la película es tan grande, que quizás esté por encima de la propia obra literaria en un hecho pocas veces visto en el cine.

Los santos inocentes es un retrato descarnado de la España negra de los años 60, en el que algunos comportamientos se asemejan más al medievo que a una situación vivida en pleno siglo XX. La historia nos cuenta la vida de un matrimonio de campesinos y sus hijos, que​ trabajan en un cortijo de Extremadura a la orden de unos latinfundistas de la época. Estos últimos tratan a sus trabajadores como si fueran animales, con el objetivo de despersonalizarlos y utilizando el miedo como arma de control de los mismos.

Realmente la película es un tratado o una tesis doctoral sobre la lucha de clases o más bien sobre la diferencia de clases, pues lucha no hay ninguna. Básicamente, es un retrato sobre el abuso de poder y la capacidad del ser humano para ser ser humillado sin protestar e incluso con cierto agrado por algunos de sus personajes. La relación sadomasoquista establecida por algunos habitantes de la finca en los roles esclavo/señor, dan un juego tanto literario como cinematográfico de primer nivel. Esto es lo que convierte a mi parecer, tanto a la novela como a la película en dos obras magistrales que aunan una expresividad y un dialogo narrativo para conseguir la excelencia en ambas miradas.

Pero la mejor manera para conocer la película o parte de ella, es a través de sus personajes y las implicaciones que cada uno de ellos llevan en los arquetipos sociales de la época. De hecho, la cinta está presentada por capítulos y cada uno de ellos llevan el nombre de un personaje de la trama. Vayamos con ello entonces.




Paco, el bajo.

Es el personaje principal de la novela y de la película. Representa la humillacion sin limites en el género humano. Es capaz de arrastrarse como un perro para buscar las presas cazadas por Iván, el señorito que viene a cazar a la finca. Padre y esposo fiel, su vida consiste en sacar adelante la parte del cortijo que tiene encomendada como guardés de la finca. Su relación con el señorito, es de máxima fidelidad hacia él, desde que este era un crío y ya destacaba en la caza de aves. Realmente podríamos hablar de una relación de miedo, admiración y a la vez puro masoquismo. La culminación de este personaje nos llega, cuando tras romperse la rótula y estar escayolado, el señorito Iván le pide que aún en ese estado, le acompañe a cazar y le obliga a recoger las presas con la escayola incluida. Paco el bajo, acepta debatiéndose entre el miedo y la sumisión, y naturalmente su lesión empeora y queda cojo para el resto de sus días. Alfredo Landa, realizó en mi opinión el mejor trabajo de su carrera, en una nueva etapa donde dejó atrás el tan denostado "landismo" por la crítica.





Azarías.

Segundo personaje principal de la historia. Es el hermano de la mujer de Paco y es acogido por la familia tras ser despedido de otra finca colindante por sus comportamientos escatológicos. Afectado por un retraso mental, personifica la inocencia y a la vez la venganza en el comportamiento humano. Amante incondicional de las aves, se dedica en sus ratos libres a criar pequeñas aves, entre las que destaca una pequeña milana con la que establece una relación de afecto padre hija. En la parte final y sin desvelar nada por si alguien no ha visto la producción, se produce el clímax de la cinta que nos habla de duelo y venganza. Sólo quiero comentar, que visioné esta película por primera vez cuando tenía 8 años y fue la primera vez que escuché estallar una sala de cine en aplausos cuando Azarías lleva a cabo un siniestro plan. Francisco Rabal, probablemente, también realizó su mejor trabajo en el cine con este entrañable papel que le catapultó a la fama en España.




El señorito Iván.

Representa la élite social en el peor sentido de este término. Uno de los personajes que mejor ha representado el egoísmo en la historia del cine español. Suele pasar temporadas en la finca para cazar y de paso para encontrarse en escapadas amorosas con la mujer de uno de sus "amigos" en el latifundio. Cruel, aprovechado, insensible, ególatra y un sinfín más de adjetivos que definen una personalidad al borde de la psicopatía. Juan Diego, es el encargado de ponerse en la piel del señorito Iván, en una actuación absolutamente sobresaliente. Desde entonces, sigo todas sus películas.




La Régula.

Es la esposa de Paco el bajo y la hermana de Azarías. Tan entregada a la servidumbre y a la humillación como su marido. Sus frases lo dicen todo: "A mandar" u "Oir, ver y callar", toda una filosofía de vida por llamarlo de alguna manera. Su mayor deseo es que sus hijos tengan unos estudios para que no tengan que servir más en el cortijo. La interpretación de Terele Pavez, genial y contenida. Aún la vemos en la gran pantalla, con grandes interpretaciones como en la última pelicula de Álex de la Iglesia (El bar).

Gráfico de Ramón López Moreno

Nieves, Quirce y la niña chica.

Son los hijos de Paco el bajo y de Régula. Nieves desea estudiar, pero pronto la reclaman para que sirva en la casa de los administradores del cortijo. Quirce es un joven muy reservado y que sustituye a su padre en la ayuda del señorito Ivan, cuando la pierna de su progenitor no da más de si. Y la niña chica es la hija menor de la familia y esta paralizada por una extraña enfermedad. Sus gritos son desgarradores en pantalla. El resto de personajes destacados serian la marquesa, su hija y el administrador de la finca y su mujer, interpretados con gran verosimilitud por Agustín González y Ágata Lys que tienen una relación de amor odio o más bien de odio/odio.



En conclusión, Los santos inocentes es un descarnado, cruel y hábil retrato sobre las relaciones que se establecen en un latifundio rural, que podría considerarse un pequeño tratado sociológico sobre estas relaciones de trabajo, donde el rango social prevalece sobre cualquier otro aspecto humano. De hecho la historia es una denuncia contra el anti-humanismo y un grito por la igualdad de las clases sociales. Pero por encima de cualquier mensaje, lo más importante para el cine en este caso, es la grandísima película que dejó para la historia de la cinematografía española y universal, el cineasta cántabro Mario Camus.

A continuación, un fragmento de Los Santos Inocentes, España, 1984.


Autor: MIGUEL PINA
Crítico
MADRID





Comentarios

  1. El director de este drama rural enmarcado en el franquismo triunfal de mediados de los 60 (según el propio Delibes, la acción transcurre hacia 1964) recuerda todavía con emoción aquel sobre que abrió en su casa dentro del cual viajaba un ejemplar de la novela de Delibes con una dedicatoria del autor: “A Mario, que triunfó y me triunfó”.
    La película más taquillera del cine español superando a otras como “El crimen de Cuenca”, “La guerra de papá”, “La colmena “y “La vaquilla”.
    Aquel éxito en la taquilla, unido al premio para Rabal y Landa en el Festival de Cannes no hizo más que agrandar la figura que en aquel momento ostentaba Mario Camus en el cine español.
    Mario Camus considera que aquel retrato cinematográfico suyo de un universo de boinas caladas y boñigas en los zaguanes conserva hoy “una vigencia enorme porque es cierto, santos inocentes hoy sigue habiendo muchos, no hay más que ver cómo están las cosas, ya se sabe, esa separación brutal entre los que están jodidos y los jodedores”.
    http://cultura.elpais.com/cultura/2014
    Y si es, en efecto, una de las mejores pelis españolas de todos los tiempos lo es también, en gran medida, porque Camus logró trasladar al celuloide -con gran sensibilidad y oficio, por cierto- la simplicidad y el espíritu austero de Delibes. “Un hombre, un paisaje y una pasión” respondía el vallisoletano cuando se le inquiría sobre su obra. “Un hombre, un paisaje y una pasión es todo cuanto necesito para hacer una buena novela”. ¡Y cuánta razón tenía!
    La peli de Camus, pues, evidencia respetar religiosamente la máxima de Delibes y constata, por si fuera poco, que cuando un cineasta consigue traducir en imágenes los valores más trascendentales de una fuente escrita de prestigio (el inmenso amor por la naturaleza y la indignación ante el despotismo, en este caso) el resultado no puede ser otro que una incuestionable y soberbia obra maestra. Como ésta.
    https://www.filmaffinity.com/es
    Mi opinión personal, éste filme, sin duda me impresionó cuando lo visioné en televisión, me sobrecogió el personaje interpretado por mi paisano Paco Rabal, y su manera de ver la vida, tan alejado de la realidad, con su "Milana bonita". Todos los personajes son de la España profunda, desde el interpretado por la genial Terele Pávez, en su papel de abnegada criada, y el de Juan Diego, en el papel del "señorito". La visione de nuevo ,en La Casa de América, dónde los que allí nos encontramos, la mayoría de nacionalidad colombiana, no se diferenciaba la situación de éste país con la España profunda que describe Delibes. La figura del terrateniente, de la esclavitud de las personas en los diferentes países de habla hispana, a pesar del tiempo transcurrido, por desgracia, las situaciones apenas han cambiado.
    Gracias por acercarnos al cine español de otras épocas., y por tu generosidad en compartirlo en tertuliadeescritores. Siempre estás invitado a participar.

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