LA SANADORA/Kirke
LA SANADORA (versión extendida)
(*) Este
relato se basa en uno mucho más corto que presenté al concurso
"Panacea" de relato breve de la Facultad de Farmacia de la
UCM.
Noto sus
desconfiadas miradas sobre mí. Sé que desde hace tiempo todos me
temen. Cuando pasan a mi lado muchos se persignan y se encomiendan al
mismo dios que les niega el pan y la salud, algunos incluso escupen a
mis pies. Sin embargo cuando enferman recurren a mí; ni sus
plegarias ni su dios son tan efectivos como mis pociones.
Me gusta vivir
sola, en mi aislada cabaña del bosque, rodeada de vegetación,
acompañada por los trinos de los pájaros y el cantar del arroyo que
discurre cerca de mi morada.
Me gusta
dormir con el olor del espliego en
mi almohada, con el arrullo de las hojas de los árboles que,
mecidas por el viento, interpretan una melodía relajante y
envolvente. Me gusta despertar con el canto del herrerillo y con el
tamborileo del pájaro carpintero, insistente vecino que viene a
recordarme con su ‘toc-toc’ que debo levantarme y recorrer el
bosque a la búsqueda de plantas y raíces.
Entre
hayas y robles camino; desde sus ramas los estorninos y los
petirrojos observan mis movimientos deleitándome con sus gorjeos. En
mi deambular me acompañan lagartijas, culebrillas y alguna
comadreja. A veces su compañía me despista y paso de largo sin
recoger las flores del brezo que
tanto alivian las inflamaciones o las hojas de acebo para
las calenturas o la artemisia que
calma las molestias del menstruo. Poco a poco voy llenando mi zurrón
con acederilla, ajo
de oso, arándanos y martagón.
Este último lo tomo con sumo cuidado pues, antes de hacer
cataplasmas con él, me sirve de adorno en la alacena.
Pero
a ellos les molesta que me aloje fuera de la aldea. Viven en un
poblacho embarrado, hacinados con sus animales, en casas donde el
hedor de bestias y humanos se mezcla haciendo el aire irrespirable,
donde el agua sólo sirve para hervir las míseras viandas que los
alimentan malamente. Ni siquiera son capaces de ver que muchas de sus
dolencias se evitarían si utilizaran más el agua y limpiaran los
desechos que los rodean. Si dejaran pasar la luz y el aire a sus
casas, los miasmas no se cebarían en ellos.
En
cambio, las hierbas y raíces que cuelgan de las vigas del techo de
mi cabaña les atemorizan, especialmente la que tiene forma humana;
dicen que con ella hago hechizos. Sólo es raíz de mandrágora y
muchos de los que me llaman bruja se beneficiaron de sus propiedades
cuando, narcotizados, pudieron resistir los dolores causados por
fracturas que yo misma me encargué de curar.
Ese
encono ha crecido últimamente. En la aldea se comenta que por las
noches me visita el Maligno y que hago tratos con Él. Dicen que el
canto del autillo es en realidad la voz del Demonio, que conversa
conmigo. Dicen que el Señor de las Tinieblas me ha brindado
protección y es por ello que nunca enfermo.
¡Estúpidos!
Mi buena salud es el resultado de una vida sana y feliz, sin
ataduras, sin convenciones, sin fingimientos. Mi única virtud es
conocer y respetar la Naturaleza para así beneficiarme de los dones
que Ella nos regala.
Pero es
inútil razonar con ellos. Son unos ignorantes embrutecidos y el
clérigo —que desde el púlpito los conmina a acatar las órdenes y
los abusos del señor de estas tierras— los alecciona contra mí. A
los aldeanos no les gusta que viva fuera de la aldea y al clérigo no
le gusta que no asista a los oficios religiosos, que no me pliegue a
los designios de su dios.
Estoy harta de
sus insultos, estoy harta de sus aviesas miradas, estoy harta de su
maledicencia, estoy harta de su insania. ¡Estoy harta!
Me cansan sus
temores, me cansan sus recelos, me cansan sus gemidos lastimeros
cuando la muerte les visita y les arrebata sus miserables vidas. Me
cansan ellos. Estoy muy cansada.
Sé que
pronto vendrán a buscarme, pero no me encontrarán. El bebedizo
de beleño empieza
a surtir efecto y enseguida llegará la dulce somnolencia. Con un
sabor amargo en el paladar dormiré eternamente, lejos ya de la
inquina y del miedo. Sólo entonces, descansaré.
http://buscapina7.blogspot.com.es/
MADRID
Un relato fiel a lo que se consideraba bruja, "la que hace el bien con sus conjuros con sus preparados de medicina casera por ejm. la raíz de la mandrágora y es muy venenosa y posee propiedades similares a la belladona. En la Historia hubo despiadados juicios por brujería que asolaban Europa (Entre 1.550 y 1.630)
ResponderEliminarEs un texto tuyo, Kirke de corte romántico dónde se percibe a la bruja como una bella doncella y no como algunos artistas plásticos como Goya, Durero, con escenas que demonizaban a las mujeres, como clara crítica social. Son muchas las leyendas acerca de estas mujeres. Muchas fueron quemadas, tal vez, injustamente por una sociedad que le temía al ser capaces de cosas inexplicables en su época.
¡Me ha encantado! Por todo, la historia en sí, y tus conocimientos de hierbas medicinales.
ALGUNAS BRUJAS FAMOSAS:
Las Brujas de Zugarramurdi
Zugarramurdi es una villa española que en 1610 fue el escenario de un Auto de Fe en el cual la Inquisicion condenó a doce mujeres a morir en la hoguera acusadas de brujaería. Como suele suceder en este tipo de situaciones, la mayoría de las acusasaciones se basaron en testimonios superticiosos
Caroline de Brunswick
Princesa alemana que se casó con el rey George IV, convirtiéndose así en la Princesa de Gales. La boda fue un arreglo que buscaba saldar las deudas del rey. La unión, por ende, fue bastante fría desde el comienzo y culminó en un escandaloso juicio de adulterio. Se trata de un grupo de personas que fueron acusados de brujería en Escocia en el siglo XVI. En el juicio se aportaron evidencias que indicaban que el grupo había provocado una tormenta para ahogar al rey James I. Todos fueron torturados y quemados vivos.
Juana de Navarra
Esposa española del rey Enrique IV que fue acusada por su hijastro, Enrique V, de brujería. En su juicio, el propio rey y un fraile testificaron en su contra. Sus bienes fueron confiscados y ella fue encerrada en el castillo de Leeds. Más tarde fue perdonada.