Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2018

MIS BOLSILLOS/Fernando Daniel Granado

Imagen
MIS BOLSILLOS        La mente tiene mil recovecos, extraños bolsillos para guardar miedos, anécdotas olvidadas, cachivaches… los sueños y cada uno de los recuerdos. Saco a pasear todo lo que se mueve, todo lo que rebosa de los escondites repletos: Unos viejos mocasines desgastados del camino, rozados por el barro, siempre manchados de desalientos, como su húmedo destino. Un dolor hiriente en las caderas, y en el alma un permanente descosido en cada curva de la vida, un roto, un ovillo maltrecho, que va soltando hilos. Una foto dañada de mi madre, un bolígrafo que casi ya no pinta, una sombra ominosa, que me cerca entre mis fuegos. ¡Veo cada cosa cuando me miro al espejo…! Una ojera que noche tras noche es más larga y se escapa del rostro, y se nutre del insomnio en que te bebo. Un tropel de nubes que ocultan los quejidos… U n suave resplandor,

DESPUÉS DE LA TORMENTA/Mª Magdalena Gabetta

Imagen
Me buscó después de la tormenta, cuando ya las olas no golpeaban contra los acantilados, ni las gaviotas huían despavoridas por los truenos y relámpagos que daban una imagen irreal y temible a ese mar que, hasta apenas un par de horas antes, se presentaba plácido y acariciaba nuestra barca como un amante. Como un amante también cambió rápidamente de ánimo, unas oscuras nubes aparecieron en el horizonte y pronto se desencadenó el infierno. Él gritó al verme caer por la borda, pero no pudo hacer nada para rescatarme y yo caí, caí y caí, sin siquiera darme cuenta de lo que ocurría, hasta que las aguas me cubrieron por completo y perdí el conocimiento. Después supe que él me había buscado, que había pasado días buscándome en la pequeña embarcación que había logrado mantenerse milagrosamente a flote; me buscó hasta que llegaron los rescatistas y se lo llevaron a puerto seguro, a nuestra aldea de pescadores. Estaba medio muerto pero aún gritaba mi nombre y durante mucho tiem

QUIERO SER SEMILLA/Antonio Portillo Casado

Imagen
  QUIERO SER SEMILLA Eres una de las hojas verdes   en un árbol plácido.   Respiras sueños azules.   Subsistes cerca del río,   que pliega algas suavemente   y en las orillas hace burbujas.   Eres alma lobulada   con un sentimiento   que esparce la brisa   en el bosque circundante.   Verde estrella en la mano que te sustenta.   En unos días la moda te vestirá de ocres   para tu final.   El abismo aguarda   y mientras te aproximas a su dominio,   te preguntas:   ¿Por qué fui hoja y no semilla? QUIERO SER SEMILLA (c)   Antonio Portillo Casado (Del poemario VIENTOS DEL VERSO )

EL COMEDOR/Judit Perich

Imagen
Aún me acuerdo de aquellos hermosos tiempos, unos tiempos suaves y apacibles sin duda... Cada mañana era un nuevo comienzo. Cuando ella me despertaba cada día a las 8 de la mañana para que me vistiera con mi polo blanquísimo e inmaculado que ella lavaba a mano con su pastilla de jabón de coco y mi falda marrón a cuadros, para que me peinara y me hiciera mis dos coletas y desayunara para ir al colegio. Que tiempos aquellos cuando yo y mis hermanos vivíamos con nuestros padres en nuestra pequeña y acogedora casa... Ahora todo ha cambiado. Cuando nos marchamos de casa mis hermanos y yo para vivir nuestras propias vidas, cuando nuestro padre murió a los 64 por un paro cardíaco dejando a mamá completamente sola. Ella ya tiene 76 años y todavía se pone contenta cuando alguno de nosotros va a su casa a visitarla, pero la casa ya no es como nosotros la habíamos tenido de jóvenes. La última vez que yo entré en ella lo primero que vi fue un gato negro y peludo que me miraba con s

UN PUEBLO DIFERENTE/Delia G.Joison

Imagen
Se trataba de un pueblo diferente, especial. Las cosas vivientes, al poco tiempo morían, quizás no siempre de causas naturales. Se me ocurre -porque no es posible tantos fallecimientos en un sólo sitio y tan seguido– que podía ser la atmósfera, quizás el aire contuviese algo, o tal vez el agua, no lo sé, pero la gente, los animales, todo lo que estaba con vida, languidecía hasta emitir el último suspiro. Era un pueblo extraño, en el cual nada resaltaba, porque los objetos e incluso las personas, parecían perder sus contornos, los mismos no tenían nitidez. Sus colores se desvanecían antes de intentar ser aquello para lo cual habían nacido. Cada tanto, caían cuatro pobres y tristes gotas sobre los campos yermos, y en lugar de esparcir el rico aroma de la tierra húmeda, surgía un olor como a cartón. Los tres semáforos del pueblo, emitían una luz pálida y desvaída que motivaba a realizar un esfuerzo visual por ver cual de ellas estaba encendida. En el único bar, se reunía l

CAFETERIA CAMAFEOS.COM"/Ana Palacios

Imagen
Relato dedicado a Marta López “Silvimar” fallecida el 25 de Marzo de 2.017 gran amiga y excelente escritora. D elia caminaba con paso alegre y seductor, moviendo su melena rojiza, cuyo color   y textura todavía conservaba gracias a la queratina y al buen hacer de su peluquera. Aquel día, eligió un vestido a juego con el color verde esmeralda de sus ojos. Después se colocó el amuleto de la buena suerte: un colgante con la silueta de su querida mascota, un gato, al que había puesto el nombre de Sol. Cuando llegó estaba exultante. Sus amigas la esperaban y, al verlas, pensó que, pese a hacer casi dos décadas que habían atravesado los cincuenta, seguían siendo atractivas y conservaban un cierto toque de elegante seducción.   Fue una buena actriz en su juventud y hoy llevaba aprendido el personaje de un buen agente comercial, pues trataba de convencerlas para realizar un viaje totalmente inesperado. *** D ánae no la vio llegar. Era miope y su coqueter